Para 2018, las renovables serán la principal fuente de energía eléctrica en el mundo, equiparándose a la energía generada con carbón
Algo está cambiando en el mundo energético. A los compromisos de grandes inversores por reducir las emisiones de CO2, se le une ahora la apuesta por las renovables. Los grandes inversores institucionales lo tienen claro. O así lo asegura Morgan Stanley Capital International (MSCI) que en su último informe sobre las tendencias de 2015 en el sector del medio ambiente, social y gobernanza (ESG en sus siglas en inglés) afirma que los inversores institucionales están cambiando de estrategia en su apuesta de futuro en el sector energético.
Este cambio es el paso de los combustibles fósiles y la energía que más contamina hacia las energías más limpias, las renovables. MSCI cree que los inversores institucionales, sobre todo fondos de pensiones y hedge funds, realizarán una transición en sus inversiones energéticas. ” La fiebre entre los inversores institucionales para reducir su exposición al carbono está ganando impulso”, asegura Linda-Eling Lee, directora global de MSCI ESG Research.
La firma de inversión, que tiene a más de 6.000 grandes clientes en todo el mundo, asegura que el paso se dará según vaya avanzando el proceso de descarbonización en el mundo. “Los inversores están valorando seriamente los riesgos que conllevan las políticas de carbono dentro de su cartera”, asegura el informe.
Es por ello, que ahora valoran darle una mayor exposición de sus inversiones hacia las tecnologías energéticas del futuro. Y esas tecnologías del futuro pasan por las renovables pero también por la energía nuclear.
Morgan Stanley tiene claro que una apuesta decidida por las renovables también conlleva una serie de riesgos, pero no tienen ninguna duda de que será la tecnología del futuro. O por lo menos en los próximos años será lo que más crezca.
Así, el índice MSCI ACWI de noviembre de 2014, donde cotizan 89 compañías eléctricas de todo el mundo, asegura que el mix energético se desglosa en un 29% para el carbón, el 7% en líquidos, el 26% en gas, 14% nuclear y un 21% para renovables, del cual el 14% representa a la hidráulica.
Morgan Stanley espera que en 2018 este mix cambie sustancialmente en el apartado de renovables, siendo la tecnología que más crezca en los próximos años. Así, el mix energético previsto para dentro de tres años sería: carbón (27%), líquidos (6%), gas natural (25%), nuclear (16%) y renovables (27%).
Comparando ambos, el crecimiento se lo apuntan las renovables (+6 puntos porcentuales) y la nuclear (+2 puntos). Sin embargo, el carbón será el que más retroceda, pasando del 29% actual al 27%, igualándose con las energías limpias.
Pero eso no es todo. Morgan Stanley afirma que en el sector energético actual hay más de un tercio de las empresas que posee menos del 10% de su capacidad de generación a partir de fuentes renovables, mientras que el 11% de las compañías obtienen más del 50% de la capacidad de generación a partir de fuentes renovables. El cambio más significativo es el que está dando por ejemplo E.ON, que ha decidido cambiar su estrategia y abandonar el carbón y apostar todo a las renovables.
Además, prevé que el 10% de las eléctricas aumenten al menos un 10% su capacidad de generación a través de las renovables.
La transición energética ha comenzado y los inversores parecen haberse dado cuenta. Tan solo hay que echar un vistazo a las inversiones en renovables en 2014 que han ascendido a 310.000 millones de dólares en todo el mundo, un 16% más que en 2013, y la tendencia es que irá a más.